
La segunda ponencia, a cargo de Juan Gregorio Álvarez, profundizó en la obra del sacerdote y teólogo daimieleño, Manuel Muñoz de Morales, que, a caballo entre el XIX y el XX, desarrolló una sólida obra siguiendo “estrictamente la ortodoxia tomista” (de Santo Tomás de Aquino). Más allá de sus postulados y de sus respuestas a las diferentes corrientes tanto teológicas como filosóficas, Álvarez quiso poner de relieve que dentro de la historia de Daimiel “la universalidad de la ideas” también tiene que compartir espacio con otras ciencias o artes.
La rúbrica la puso el pormenorizado estudio de las consecuencias de la gripe española de 1918 y de otras crisis demográficas en Daimiel, de Mariano García-Consuegra, que también ha investigado sobre ello en toda la provincia. Entre los datos que expuso constató que a la mortalidad registrada le siguió un aumento de la natalidad que contrarrestó sus efectos en el crecimiento natural, aunque esta media de fallecimientos en el municipio fue mayor que la media provincia y nacional.
Entre el público se encontraba el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, y
la concejal portavoz, María Dolores Martín de Almagro, además de cargos
directivos y hermanos de la cofradía de “Los Blancos” y los ya fieles a
estas jornadas.
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